Según las últimas estadísticas, los comercios chinos siguen su expansión por la provincia de Castellón. Esta expansión se ha acelerado desde el último acuerdo España-China, en el que los chinos compraban deuda española a cambio de que el gobierno español abriera nuestras fronteras (aún más) a sus productos.
En concreto, ya son entre 600 y 800 establecimientos chinos en nuestra provincia. Es normal que no se sepa con exactitud la cifra, debido a las ilegalidades constantes que cometen estos comercios. No pagan impuestos durante 5-7 años. Cuando acaba ese periodo, ponen el comercio a nombre de otro chino y vuelta a empezar. Sólo se da de alta como autónomo el propietario, mientras que el resto de trabajadores de la tienda no lo hace. Se saltan toda las normativas existentes, como la de apertura de horarios, licencias municipales para hacer reformas, venta de alcohol a menores, ventas de productos para los que no tienen licencia, no emitir facturas, etc, etc.
A pesar de todo esto, los sindicatos y la policía permanecen mudos, los ayuntamientos no hacen nada y la inspección de trabajo ni está ni se le espera. Bueno, no del todo, al comercio español sí que le obligan a cumplir con todas las obligaciones legales, lo que le sube los costes. Si a esto le añadimos que los costes chinos son mucho más bajos debido a la mano de obra semi-esclava que utilizan, el resultado es el que vemos: pequeños comercios españoles arruinados que cierran por todas partes y que al cabo de poco tiempo se convierten en un horrible comercio chino. El ingenuo español compra sus productos. “Son muy baratos” nos dicen. Sí, lo serán hasta que tengan el monopolio. Cuando esto pase dejarán de se serlo.
Además, es discutible eso de que son baratos. Cada vez lo son menos. Primero hay que hablar del coste energético de traer esos productos de la otra parte del mundo. Segundo, lo que te ahorras por un lado lo pierdes por otro al tener que pagar el seguro de desempleo a cada español que se va al paro. Pierdes soberanía económica al perder tu industria nacional. Pierdes cientos de miles de puestos de trabajo españoles que van a parar a chinos. En sus comercios sólo trabajan ellos.
Los beneficios se van a China y a las grandes empresas españolas, que a su vez se los llevan a un paraíso fiscal, por lo que aquí no llega nada. Eso sí, consumen sanidad y educación españolas como el que más. Pierdes tu identidad como país al ver que tus calles se convierten un una amalgama de comercios chinos, árabes, pakistaníes, ecuatorianos...en el que eres un extranjero en tu propio país.
Pero es que además, en otros países como Alemania, Francia o Italia, el número de comercios chinos es muy inferior al de España. Nos hemos convertido en el estercolero de Europa. En la Transición nuestra industria fue vendida al extranjero y hoy, lo que queda de nuestra economía se vende de nuevo, esta vez a chinos y árabes. Nos dicen que con el dinero que ingresan los chinos comprarán productos españoles, pero primero ¿qué van a comprar si cada vez producimos y menos? Y segundo, no estamos tan convencidos, ya que mientras aquí les abrimos las puertas de par en par, ellos las cierras cuando quieren. Es lo que hicieron con el primer barco de cítricos valencianos que se envió a China. Durante 2005 y 2006 se nos aseguró que a cambio de permitir la invasión china ellos nos iban a comprar miles de toneladas de cítricos, pero en el año 2007, el gobierno chino bloqueó el primer barco que se envió y ya no hemos vuelto a mandar más (se puede leer la noticia aquí: http://www.atcitrus.com/noticia.asp?seccion=sec_derecha&id=567)Como “castigo” les hemos abierto las puertas para que arruinen toda nuestra industria regional desde entonces.
Y todo esto lo apoya un gobierno que se dice socialista. Pero es que la derecha liberal es aún peor, ya que es la principal defensora de la invasión de productos chinos. En este asunto, como en tantos otros, estos “patriotas” de la derecha liberal han vuelto a su discurso habitual, es decir, poner por las nubes a los chinos y echar toda la basura posible sobre los trabajadores y pequeños empresarios españoles a los que califican de “vagos”, de “no tener espíritu de sacrificio” y de “no adaptarse al mundo en el que vivimos”, ya que los muy vagos se niegan a trabajar catorce horas al día siete días a la semana. La caradura de estos liberales engañabobos empieza a pasarse de la raya.
Por todo esto, desde DN Castellón apoyamos los recientes aranceles impuestos al azulejo chino y pedimos una vez más a la ciudadanía de Castellón que no se deje engañar por los “baratos” productos chinos, ya que así colaboran con la destrucción de nuestra economía local y nacional, además de legitimar el fraude que cometen estos comercios.
En concreto, ya son entre 600 y 800 establecimientos chinos en nuestra provincia. Es normal que no se sepa con exactitud la cifra, debido a las ilegalidades constantes que cometen estos comercios. No pagan impuestos durante 5-7 años. Cuando acaba ese periodo, ponen el comercio a nombre de otro chino y vuelta a empezar. Sólo se da de alta como autónomo el propietario, mientras que el resto de trabajadores de la tienda no lo hace. Se saltan toda las normativas existentes, como la de apertura de horarios, licencias municipales para hacer reformas, venta de alcohol a menores, ventas de productos para los que no tienen licencia, no emitir facturas, etc, etc.
A pesar de todo esto, los sindicatos y la policía permanecen mudos, los ayuntamientos no hacen nada y la inspección de trabajo ni está ni se le espera. Bueno, no del todo, al comercio español sí que le obligan a cumplir con todas las obligaciones legales, lo que le sube los costes. Si a esto le añadimos que los costes chinos son mucho más bajos debido a la mano de obra semi-esclava que utilizan, el resultado es el que vemos: pequeños comercios españoles arruinados que cierran por todas partes y que al cabo de poco tiempo se convierten en un horrible comercio chino. El ingenuo español compra sus productos. “Son muy baratos” nos dicen. Sí, lo serán hasta que tengan el monopolio. Cuando esto pase dejarán de se serlo.
Además, es discutible eso de que son baratos. Cada vez lo son menos. Primero hay que hablar del coste energético de traer esos productos de la otra parte del mundo. Segundo, lo que te ahorras por un lado lo pierdes por otro al tener que pagar el seguro de desempleo a cada español que se va al paro. Pierdes soberanía económica al perder tu industria nacional. Pierdes cientos de miles de puestos de trabajo españoles que van a parar a chinos. En sus comercios sólo trabajan ellos.
Los beneficios se van a China y a las grandes empresas españolas, que a su vez se los llevan a un paraíso fiscal, por lo que aquí no llega nada. Eso sí, consumen sanidad y educación españolas como el que más. Pierdes tu identidad como país al ver que tus calles se convierten un una amalgama de comercios chinos, árabes, pakistaníes, ecuatorianos...en el que eres un extranjero en tu propio país.
Pero es que además, en otros países como Alemania, Francia o Italia, el número de comercios chinos es muy inferior al de España. Nos hemos convertido en el estercolero de Europa. En la Transición nuestra industria fue vendida al extranjero y hoy, lo que queda de nuestra economía se vende de nuevo, esta vez a chinos y árabes. Nos dicen que con el dinero que ingresan los chinos comprarán productos españoles, pero primero ¿qué van a comprar si cada vez producimos y menos? Y segundo, no estamos tan convencidos, ya que mientras aquí les abrimos las puertas de par en par, ellos las cierras cuando quieren. Es lo que hicieron con el primer barco de cítricos valencianos que se envió a China. Durante 2005 y 2006 se nos aseguró que a cambio de permitir la invasión china ellos nos iban a comprar miles de toneladas de cítricos, pero en el año 2007, el gobierno chino bloqueó el primer barco que se envió y ya no hemos vuelto a mandar más (se puede leer la noticia aquí: http://www.atcitrus.com/noticia.asp?seccion=sec_derecha&id=567)Como “castigo” les hemos abierto las puertas para que arruinen toda nuestra industria regional desde entonces.
Y todo esto lo apoya un gobierno que se dice socialista. Pero es que la derecha liberal es aún peor, ya que es la principal defensora de la invasión de productos chinos. En este asunto, como en tantos otros, estos “patriotas” de la derecha liberal han vuelto a su discurso habitual, es decir, poner por las nubes a los chinos y echar toda la basura posible sobre los trabajadores y pequeños empresarios españoles a los que califican de “vagos”, de “no tener espíritu de sacrificio” y de “no adaptarse al mundo en el que vivimos”, ya que los muy vagos se niegan a trabajar catorce horas al día siete días a la semana. La caradura de estos liberales engañabobos empieza a pasarse de la raya.
Por todo esto, desde DN Castellón apoyamos los recientes aranceles impuestos al azulejo chino y pedimos una vez más a la ciudadanía de Castellón que no se deje engañar por los “baratos” productos chinos, ya que así colaboran con la destrucción de nuestra economía local y nacional, además de legitimar el fraude que cometen estos comercios.
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