martes, 6 de enero de 2009

Los cuatro mataderos tradicionales del Alto Palancia ven en peligro su futuro

Las grandes inversiones que deben afrontar los propios carniceros para sus mejoras, las duras normativas que hacen que los mataderos tradicionales sean casi como cualquier matadero actual industrial o las dos crisis alimentarias que han habido como la de las dioxinas, procedente de Bélgica, y la de las vacas locas son algunas de las razones por la que esta tradición ancestral, está cayendo en el absoluto olvido, tanto que en toda la provincia de Castelló, únicamente se conservan ocho mataderos. Cuatro se encuentran en la comarca del Alto Palancia.

Jérica, Viver, Bejís y Barracas son los municipios que, en la actualidad, cuentan con un matadero industrial. El primero, utilizado por dos carniceros, el segundo por tres mientras que los dos últimos son regentados por un carnicero cada uno. Esto puede provocar que en Barracas se produzca su cierre debido a las continuas inversiones que se han de realizar, algo que para un carnicero solo no es rentable.

Y es que, lo que antiguamente era algo común en cada uno de los municipios de toda España, como medio de abastecimiento debido a los pocos medios de transporte que había hoy día se ha convertido en un "bien escaso", el cual es difícil de encontrar. Tal como explica uno de los veterinarios encargados de estos mataderos, "desde que entramos a finales de los 80 en el mercado común comenzaron a llevarse a cabo una serie de reglamentos para este tipo de mataderos, lo que hizo que muchos de ellos ya desaparecieran, entre otras cosas porque los ayuntamientos, a pesar de ser un edificio municipal, no invierten en las mejoras de éstos, ya que no les sale rentable". "Son los propios carniceros los que han de realizar las inversiones para la mejora", matiza.

Estas inversiones han sido continuas desde que entraron en vigor las nuevas normativas 852, 853 y 854, así como la nueva normativa de bienestar animal, lo que ha producido se llevando a cabo reformas que suponen más dificultades añadidas para la conservación de estos mataderos tradicionales. Mucho han cambiado los mataderos desde sus inicios. "Antiguamente era todo manual, como la matanza que se hacía en las casas, ahora, está todo mucho mejor, más mecanizado. Se usan máquinas para el aturdimiento y que no sufran cuando les matan, para el elevado de canales y para cortar los animales. También, los mataderos están totalmente reformados en cuanto a salas", señalan los carniceros.

Análisis y medidas higiénicas

Según señalan los propietarios, "se nos exigen análisis de la superficie del matadero, mediante empresas homologadas de desinfección y desratización, así como de material específico de riesgo como son las tripas, como de los canales en sí, donde actualmente miramos las triquinas a través de un digestor, igual que los mataderos industriales".

Además, otra de las cosas que ha influido para que vayan desapareciendo los mataderos es la gran oferta que hay hoy día en cuanto a transporte, congelados y distribuidoras cárnicas que antes no había. Esto resultan mucho más cómodo y barato para el comerciante.


Fuente: Levante de Castellón

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