Cinco bombas, un empresario asesinado a tiros y dos terroristas detenidos completan la crónica negra de la banda en la provincia de Castellón desde su primera aparición en 1979
El rastro de la banda terrorista ETA apareció por primera vez en la provincia de Castellón el 1 de julio de 1979. Desde esa fecha, la explosión de cinco bombas en zonas turísticas del litoral, la muerte a tiros de un empresario francés y el arresto de dos etarras componen la crónica negra de la organización en Castellón.
La provincia fue objetivo de ETA por primera vez el 1 de julio del 79. A las 19.15 horas de ese día, una bomba estalló en el exterior del vestuario de señoras del hotel del Golf del Grau. Horas después, otra explosión despertó a los vecinos de Peñíscola. Un artefacto destrozó la Oficina de Información y Turismo del municipio castellonense.
Tras estas dos bombas, ETA apareció seis años después para acribillar a tiros a un empresario. El 16 de agosto de 1985, tres jóvenes vestidos con chándales entraron por la puerta principal del restaurante del aeroclub de Castellón, se dirigieron a las mesas, sacaron una metralleta, y fueron directamente hacia Clement Perret, un empresario francés supuestamente vinculado con el Grupo Antiterrorista de Liberación (GAL).
Los tres terroristas descargaron una lluvia de balas sobre Perret, quien estaba sentado junto a sus dos hermanos. Los etarras huyeron del restaurante realizando varios disparos. Además, dispararon al camarero para impedir que les siguiera.
Días antes de este asesinato, el dos de agosto, otra bomba estalló en el restaurante Arrantzale, también en el Grau de Castellón. El explosivo estalló tan sólo media hora después de cerrar el establecimiento, por lo que sólo hubo que lamentar daños materiales. No obstante, un vecino de 62 años que vivía en esa finca falleció de un infarto a consecuencia de la explosión.
Otras dos bombas, una el 13 de junio de 1988 y otra en julio de 1996, ponen fin a la cronología de las apariciones de ETA en Castellón. En el 88, un kilo y medio de cloratita estalló en un bloque de apartamentos de construcción en la playa de Benicàssim. En 1996, otro artefacto explosionó en la N-234, entre Segorbe y Viver.
En febrero de 2002, la Guardia Civil detuvo a los etarras Miguel Soto y Ainhoa Gorostiaga cuando iban a visitar a un preso en la cárcel de la provincia.
El rastro de la banda terrorista ETA apareció por primera vez en la provincia de Castellón el 1 de julio de 1979. Desde esa fecha, la explosión de cinco bombas en zonas turísticas del litoral, la muerte a tiros de un empresario francés y el arresto de dos etarras componen la crónica negra de la organización en Castellón.
La provincia fue objetivo de ETA por primera vez el 1 de julio del 79. A las 19.15 horas de ese día, una bomba estalló en el exterior del vestuario de señoras del hotel del Golf del Grau. Horas después, otra explosión despertó a los vecinos de Peñíscola. Un artefacto destrozó la Oficina de Información y Turismo del municipio castellonense.
Tras estas dos bombas, ETA apareció seis años después para acribillar a tiros a un empresario. El 16 de agosto de 1985, tres jóvenes vestidos con chándales entraron por la puerta principal del restaurante del aeroclub de Castellón, se dirigieron a las mesas, sacaron una metralleta, y fueron directamente hacia Clement Perret, un empresario francés supuestamente vinculado con el Grupo Antiterrorista de Liberación (GAL).
Los tres terroristas descargaron una lluvia de balas sobre Perret, quien estaba sentado junto a sus dos hermanos. Los etarras huyeron del restaurante realizando varios disparos. Además, dispararon al camarero para impedir que les siguiera.
Días antes de este asesinato, el dos de agosto, otra bomba estalló en el restaurante Arrantzale, también en el Grau de Castellón. El explosivo estalló tan sólo media hora después de cerrar el establecimiento, por lo que sólo hubo que lamentar daños materiales. No obstante, un vecino de 62 años que vivía en esa finca falleció de un infarto a consecuencia de la explosión.
Otras dos bombas, una el 13 de junio de 1988 y otra en julio de 1996, ponen fin a la cronología de las apariciones de ETA en Castellón. En el 88, un kilo y medio de cloratita estalló en un bloque de apartamentos de construcción en la playa de Benicàssim. En 1996, otro artefacto explosionó en la N-234, entre Segorbe y Viver.
En febrero de 2002, la Guardia Civil detuvo a los etarras Miguel Soto y Ainhoa Gorostiaga cuando iban a visitar a un preso en la cárcel de la provincia.
Fuente: "Las Provincias"
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