El Universo de Peris Aragó” es una colección de obras del gran pintor, dibujante y cartelista valenciano José Peris Aragó (Alboraia, 1907) reunidas en Segorbe con el propósito de homenajear el centenario de su nacimiento.
La exposición está compuesta por una selección de las pinturas más representativas de Peris Aragó pertenecientes a distintas colecciones particulares, y que han sido cedidas para mostrarse de forma conjunta en esta ocasión. A través del recorrido de la muestra, paisajes y retratos, evocan su personal estilo y manera de percibir la vida y el ser humano, destacando siempre su dominio del cromatismo.
Durante este año 2007 se celebra el centenario del nacimiento de José Peris Aragó (Alboraia, 1907). Fue pintor, dibujante y cartelista. Valenciano, segorbino y carricano, y por encima de todo, un magnífico creador, un estudioso de los sentidos, un ser humano comprometido y un artista destinado a vivir un tiempo difícil.
Su obra muestra un maridaje perfecto entre la belleza y la técnica. Peris Aragó hizo de la exaltación del color y del realismo de sus percepciones un verdadero vehículo sin freno de sus pulsiones internas más íntimas. Sus trabajos siempre estuvieron vinculados a los valores compositivos y formales, con líneas, fuerzas y direcciones contenidas. Peris Aragó es representante de la postrera tradición pictórica académica valenciana, heredera filiación de resonancias ilustradas muy asentadas en tierras segorbinas desde el tiempo de los Camarón.
Peris Aragó fue buen alumno de la Escuela de Artes y Oficios y de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Fue compañero de artistas de la talla de Renau y Segrelles. Realizó trabajos de pintura de abanicos para Albiñana, muestras colectivas en el Círculo de Bellas Artes y en la Sala Blava d’Acció d'Art. Con 25 años expuso individualmente por vez primera en el Ateneo Mercantil de Valencia, siendo, la muestra, muy bien acogida entre el público.
Galardonado en la sección de grabado en la Exposición Regional de Valencia de 1934, fue también reconocido por dos de sus ilustraciones realizadas en acuarela (Las mil y una noche y Ali Babá y los cuarenta ladrones). Integrado durante el conflicto de 1936-39 en la agrupación de artistas plásticos del convento de San Gregorio en el valenciano barrio de Russafa, adherido a la Alianza de Intelectuales Antifascistas, acabó destinado a la Sección II de Instrucción y Movilización de Albaida (Valencia). Allí cultivó sus especiales dotes artísticas y sociales colaborando con el comisario de propaganda, realizando también diversos carteles para el partido de Izquierda Republicana, con una temática cautivadora que instigaba a la lucha por la defensa de Madrid y en el frente del Levante.
Acabada la guerra desvió sus esfuerzos a la publicidad. Se adentró en uno de los géneros que mayor fama acabaría dando al autor y donde terminaría haciendo historia de la época dorada de nuestra cinematografía, con los carteles de cinc para Cifesa, productora y distribuidora de cine. Tras este paso por la industria cinematográfica, Peris Aragó, se convirtió en un ilustrador mítico con más de 500 plasmaciones interpretativas.
Hacia 1950 comenzó a dedicarse de lleno a la pintura, su verdadera vocación, donde ha acreditado una línea de rigor y seriedad, dentro de un estilo a caballo del impresionismo y realismo. A partir de este momento paisajes y retratos evocan su personal estilo y manera de percibir la vida, y el ser humano. Destacando siempre su brutal dominio del cromatismo. Parafraseando sus propias palabras, el arte "es lo más importante para la elevación del ser humano, que es el animal más perfecto y perverso. Y el arte es el encargado de frenar esa perversión. El arte no está solo en el artista; está también en el agricultor, en el ganadero, en el que trabaja la madera. El arte está en todo."
Encuadrado generacionalmente en la denominada "renovación artística valenciana de los años 30", la exposición “El Universo de Peris Aragó” busca priorizar la coherencia del discurso cronológico y estilístico a partir de la selección de unas obras lo suficientemente representativas en su calidad como para ilustrar los intereses e investigaciones que ocuparon al artista.
Por otra parte, hay que destacar lo paradójico que resulta constatar como Peris Aragó, maestro de gran proyección historiográfica, pudo trabajar y actuar de un modo tan libre y valiente en el contexto de una sociedad tan restrictiva como la España de mediados del siglo XX. Ligado a la tradición, el maestro ejerció siempre su oficio con un carácter y un comportamiento tan atrevido como enérgico en lo cotidiano, de gran actitud vital. Uno de los máximos exponentes de la renovación artística valenciana de los años 30, generación creadora a la que perteneció y desde donde partió su interesante actividad creadora.
En 1993 la Junta Directiva del Círculo de Bellas Artes de Valencia le otorgó su Medalla de Oro al Mérito artístico en reconocimiento a toda su vida entregada al arte. Hoy su obra tiene difusión internacional. Podemos encontrar algunas de ellas en el Museo Nacional de Cerámica González Martí.
Fuente: Radio Escabia
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